Lo que convierte a algo, en principio abierto, en arte es que sea llamado arte. Y, obviamente, cuando existe una “retórica”, una argumentación, que justifica su inserción en el ámbito artístico.
Fundamentalmente el auténtico viaje lo ha de hacer uno mismo. La experiencia del arte es algo enteramente individual, como la del amor o la de la soledad. Una flecha que lanza un individuo al poner en obra una propuesta, y que sólo llega a su destino si alguno de sus sentidos alcanza a otro individuo, que se apropia de ellos y los recrea. Sólo entonces da la flecha en la diana. Lo demás es mediación: a veces una autentica barrera, otras realmente iluminadora.
José Jiménez
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